Colombia
Defender el territorio ha tenido consecuencias terribles para Jani. La han seguido, intimidado y amenazado de muerte personas sin identificar. La situación ha empeorado con la COVID-19, que ha obligado a los y las activistas a confinarse en sus casas y ha limitado su protección.
“Por defender mi territorio, me han puesto un arma en mi cabeza, me han intentado matar —afirma—, pero [...] yo voy a seguir siempre en mi territorio, porque [...] no podemos correr y dejar el miedo ganar.”